SANTIDAD

Seguid la Santidad, sin la cual nadie verá al Señor

Hebreos 12:14

Existe alguien que conoce bien el PODER de la verdadera SANTIDAD. No es difícil adivinar quién es, su nombre es satanás y por eso él se desvela creando confusión de la VERDAD DE DIOS.

Cuando llegué a la Iglesia y me preguntaron si deseaba aceptar a Cristo en mi corazón, me dijeron, confiesa con la boca y serás salva y ahí quedó todo. No me explicaron como podía alcanzar la Santidad. Me hablaron de ella, pero no me explicaron lo que sumaría para mi en mi vida en Cristo.

En un inicio, hubo lenguaje que no entendí y es por esto que quise escribirte esto hoy, porque hubiera querido una explicación lógica y sobretodo sencilla para poder entender el significado de la Santidad.

Comencemos porque somos salvos por fe, eso es un hecho. En otras palabras, es absolutamente bíblico y correcto decir que sólo la fe justifica, pero no es bíblico ni correcto decir que sólo la fe santifica. La fe no es solo creer, sino hacer. Pero, ¿cómo así? Así es. La fe que Justifica va de la mano con la fe que Santifica. Te explico la diferencia y porque van de la mano.

Cuando decimos que Dios nos Justifica, queremos decir que lo aceptamos en nuestra vida y que por su Gracia somos salvos. Esta Gracia, es Gracia que no trabaja, pero, nos hace confiar, descansar y apoyarnos en Cristo.

La fe Justifica, pero no Santifica.

Ahora bien, la Santificación viene por la Gracia cuya vida es acción. Esto quiere decir que debemos vivir avanzando hacia la meta de alcanzar una consagración personal diaria. La Santidad verdadera no consiste únicamente en creer y sentir, sino en HACER Y SOBRELLEVAR. La verdadera Santidad, no consiste meramente de sensaciones e impresiones interiores, es algo más bien de la “imagen de Cristo” que puede ser vista y observada por otros en nuestra vida privada, nuestros hábitos, nuestro carácter y nuestras acciones.

Creo conveniente aclarar aún mejor esta definición. Cuando aceptamos a Jesús en nuestras vidas y por fe somos justificados delante del Padre, estamos dando el primer paso. Ahora bien eso no es suficiente para decir "soy Cristiana". Dios es quien pone el querer como el hacer, por su buena voluntad y es por este motivo que la Santificación se trata de Glorificar a Cristo en nuestras vidas, con todo lo que somos. No somos perfectos, pero si perfectibles y en cuanto más conscientes estemos de nuestros pecados y de los mucho que necesitamos a Dios, la Santificación va a ser más evidente en nuestras vidas; no porque seamos demasiado cargas e inteligentes, sino porque Dios es quien ha transformado nuestras vidas.

Algo muy importante de rescatar también, es el ¿porqué lo hacemos? ¿Por demostrar a los demás que somos conocedores (vanagloria) ó porque queremos ser como Cristo, parecernos cada día más a Cristo y porque queremos ir al cielo no porque es muy lindo, sino porque ahí estará Cristo?

La Santificación es para la Gloria del Señor, no para demostrar un conocimiento mayor ante nadie, porque caeríamos en idolatría. En otras Palabras, lo que yo haga en el nombre de Jesús no mejora la vida de Cristo, porque Cristo mejora mi vida, porque yo dependo de Dios y no Él de mi.

En un libro llamado Santidad, de J.C Ryle, él plantea una pregunta muy interesante. ¿Es sabio enseñar a los creyentes que no piensen tanto en luchar y esforzase contra el pecado, sino que más bien se sometan a Dios y sean pasivos en las manos de Cristo?

Es claro que la enseñanza de someterse a Dios, es algo que Dios insta a los creyentes a hacer, pero no debe hacerse como agentes pasivos, sin hacer nada, sino más bien levantándonos y trabajando. (en el próximo blog explicaré esto)

En lo que Dios ha hecho distinción, no lo enredemos nosotros. La Justificación nos dice, Cree sólo cree, en cambio la Santificación nos obliga a mantenernos en guardia, orando y luchando.

En este blog quise hacer un preámbulo sobre estas dos definiciones. En próximos textos, estaré profundizando más acerca del tema.

Seguid la Santidad, sin la cual nadie verá al Señor

Hebreos 12:14

Por Carito