top of page

AFANADA

  • Foto del escritor: Carolina Acuña
    Carolina Acuña
  • 28 nov 2024
  • 5 Min. de lectura

No se preocupen por nada; en cambio oren por todo. Díganle a Dios

lo que necesitan y denle gracias por todo lo que Él ha hecho.

Filipenses 4:6

 

Me di cuenta de que el maldito diablo lo que quería era que no fuera capaz de ver a Dios en medio de todo, que pensara que nada estaba bajo su control. ¿Cómo si yo fuera capaz de controlar algo? Ni siquiera puedo asegurar mi consecutivo segundo de vida y yo afanándome por el día siguiente…

 

Dios mío gracias por todo lo vivido esta semana.  El día de hoy este blog viene cargado de sinceridad. Viene repleto de lecciones aprendidas que mientras estoy pensando en cómo redactarlas, tengo la seguridad de que Dios me esta hablando y guiando para compartirles este testimonio.

Tengo varias semanas en las que he tratado de conectarme más con Él no solo a través de la oración, sino del estudio bíblico, haciendo devocionales mas profundos y no solo de lectura, sino de estudio, meditación y oración. Le he pedido desesperadamente a Diosito que me muestre que hay en mi corazón que me impide muchas veces, la mayoría, no poder sentir su presencia y salir de esos momentos íntimos con Él, no sintiendo un cambio.

 

…pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el

 hacer para que se cumpla su buena voluntad.

Filipenses 2:13

 

Hay que saber que pedir en oración y no sé si pedí de manera correcta, pero necesitaba saber que es lo había en mi interior que no me permitía conectar con Él. Eso me hacía sentir mal, porque seguía sintiendo mi corazón pesado y apartado de su presencia. Seguí adelante buscándolo y pidiéndole como dice en el versículo de arriba Filipenses 13, que pusiera en mi el querer como el hacer, por su buena voluntad. Y acá inicia el testimonio.

Yo les había comentado en otro post, específicamente en uno que se llama maternidad, mi testimonio respecto a mi embarazo y nacimiento de mi hija, que fue un completo milagro, ya que yo tenía un tumor muy grande que complicaba mucho a nivel terrenal, el feliz término de un embarazo. Durante la cesárea el doctor que me operó, lo sacó y lo vio, pero no lo quitó porque en el quirófano se hubiera podido complicar todo y quizá hasta una transfusión de sangre hubiera necesitado, ya que esta masa estaba adherida al útero y este estaba maltratado por obvias razones.

Ya tengo un año post parto y como ese cuerpo extraño seguía dentro de mí, yo pasaba con dolores muy fuertes casi iguales a los dolores de parto de las últimas semanas a nivel pélvico. Me dolía caminar, levantar los pies y hacer ciertos movimientos. Le dije a mi esposo que ya no podía seguir viviendo así, que fuéramos al especialista para ver si ya podía operarme y gracias a Dios así fue. Pero el problema que desencadenó este testimonio fue la aprobación de esta cirugía.

Nunca había tenido tanto miedo a morir como ahora que soy mamá. El solo hecho de pensar en que me iban a sedar y que podía o no despertar de la anestesia me daba un miedo profundo a no volver a estar con Sofi. Una semana antes de la cirugía, mi niña cumplió un añito de vida y yo ya me sentía nerviosa, pero me dije a mi misma:

-ya Carolina, todo va a estar bien, Dios está en control.

Ay chiquillos, vieran como me puse el día anterior a la cirugía. Fue algo terrible, yo jamás me había sentido con tanto miedo como ese día. Osea, es qué perdí totalmente el enfoque, yo no fui capaz de ver a Dios en control. Yo abrazaba a mi bebé mientras le daba pecho y pensaba, seguro es la última vez, seguro va a crecer sin mamá. Yo como que estaba ahogándome en los pensamientos más oscuros que jamás tuve y tenía la seguridad que me iba a morir. Llegué inclusive a temblar del miedo. Que sensación tan fea por Dios y en ese punto fui capaz de reaccionar o más bien Dios me hizo hacerlo.

Le escribí a mi pastor para pedirle que me tuviera presente en sus oraciones porque de verdad estaba mal y él me mandó este pasaje, Filipenses 4: 6-9 y me dijo, Carito, te invitó a reflexionar en este pasaje. Ufff, fue súper reconfortante leerlo y en ese momento de verdad sentí que Dios me abrió los ojos a su verdad.

Este es el pasaje

 

No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho.  Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús.

Y ahora, amados hermanos, una cosa más para terminar. Concéntrense en todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo bello y todo lo admirable. Piensen en cosas excelentes y dignas de alabanza.  No dejen de poner en práctica todo lo que aprendieron y recibieron de mí, todo lo que oyeron de mis labios y vieron que hice. Entonces el Dios de paz estará con ustedes.

Filipenses 4: 6-9

 

Esa parte subrayada que dice, La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús, me llegó profundamente. ¿Cómo es posible que perdiera a Dios de vista de esa manera? Comencé a orar y pedirle perdón a Dios por ser tan absurdamente terca. Comencé a darle gracias por prestarme a Sofí como hija y por darme el inmenso privilegio de conocer el amor de madre y lo más importante creo yo, me rendí ante Él, ante su Omnipotencia, Gracia y Soberanía. Ya no podía más con el miedo que me causaba el no visibilizarlo cerca de mí.

Me di cuenta de que el maldito diablo lo que quería era que no fuera capaz de ver a Dios en medio de todo, que pensara que nada estaba bajo su control. ¿Cómo si yo fuera capaz de controlar algo? Ni siquiera puedo asegurar mi consecutivo segundo de vida y yo afanándome por el día siguiente

Yo pensando que sería de mi bebé si yo moría porque ella depende mí, porque ella me necesita porque soy su mamá. Y Dios me respondió…

ü  “Los hijos los doy yo y yo los quito”

ü  “Yo sigo siendo Dios si tienes o no hijos”

ü  “Los hijos son usados como formación de parte mía”

 

Que enseñanza Dios mío. Gracias por tu entendimiento en mí. Comencé a pedirle de su paz que sobrepasa todo entendimiento porque comprendí que, si está en control de todo, nunca nada trunca sus planes que son de bien para aquellos en quien Él confían. Y dejé de temblar y en verdad sentí paz, mucha paz.

 Luego Sofí se despertó muy desesperada como si a ella también el diablo me la estuviera incomodando y comencé a orar pidiéndole a Dios mucha paz para ella. Yo estaba preocupada porque ella es súper apegada a mi y al pecho y yo me iba por mas de 10 horas. Nunca la había dejado, pero gracias a Dios por su abundante misericordia, las dos estuvimos en paz en medio de un día tan complicado.

Dios me llevó a lo más profundo de mi corazón, haciéndome ver como no confiaba en ÉL plenamente. Que feo fue ver ese interior lleno de temor. Que feo fue ese reflejo de la ausencia de Dios.

 

Yo se bien que tu lo puedes todo, y que no es posible frustrar ninguno de tus planes

Job 42:2

 

Dios es Dios y Él lo hará…




 

 

 

 

 
 
 

Entradas recientes

Ver todo

Comments


©2019 por Reflejos de su amor. 

bottom of page