POETT PARA EL ALMA

Quiero contarles que me encanta recibir visitas. Me caracterizo por ser una excelente anfitriona. Me gusta cocinar y atender bien a quienes me visitan porque abrir las puertas de mi casa es como abrir las puertas de mi corazón. Por eso limpio, arreglo y trato de que la gente encuentre mi espacio tan personal lo más limpio posible.

Uso un desinfectante que se llama Poett, me encanta el de fragancia lavanda porque no es tan fuerte y siempre huele a limpio. Les echo todo este cuento porque un día de estos que iba a tener un discipulado en mi casa, me puse a darle duro a los quehaceres y Dios me preguntó, ¿Usas Poett para el alma? Y bueno, la verdad no tuve respuesta hasta hace un par de días que decidí escribir este post.

Quiero decir que siempre he tratado de ser una persona genuina, antes mal enfocada, porque mi corazón sucio no permitía que una esencia como lavanda brotara de mi. He procurado desde que inicié mi proceso, ser la mejor versión de mi misma, porque cuando uno inicia un proceso de sanidad interior, ese olor putrefacto a odio, resentimiento, amargura, insatisfacción entre otro montón más, es lo que cuesta cambiar.

Ese día que preparaba mi casa, Dios me hacía pensar en lo difícil que es para nosotros ser genuinos. Porque somos de una manera en un lugar y de otra en otros. Hacemos una limpieza por encima a nuestro corazón y nos olvidamos de conservar, eso tan sangrado, limpio. Nos conformamos con ir cada domingo a la iglesia y descuidamos la verdadera relación con Dios en la Intimidad.

Me dió mucha curiosidad saber que es Lavanda y buscando información me sorprendí porque es una planta perenne y su principal componente es el aceite esencial, rico en alcoholes terpénicos los cuales tienen un efecto calmante. Según internet, encontré estas dos definiciones de perenne y las voy a adjuntar tal y cual las encontré:

• Una planta perenne es aquella que vive más de dos años o, en general, florece y produce semillas más de una vez en su vida.

• Un árbol o arbusto de hoja perenne, tiene hojas vivas (que no se caen) a lo largo de todo el año.

Realmente exploté al enterarme de esto porque de verdad que cuando inicié este blog no tenía ni idea de que era lavanda y mucho menos un arbusto perenne, no soy bióloga, soy comunicadora. Yo solo sé que el olor a lavanda me encanta.

Voy hacer énfasis a estas dos definiciones porque me parece increíble como Dios me va poniendo en el camino las enseñanzas que quiere que muestre a través de estas líneas.

Aquella que vive más de dos años y produce semillas más de una vez en su vida.

¿Cuántas veces al año produces semillas? Explícitamente son semillas, no frutos. Imagínate la cantidad de oportunidades que tienes para enmendar. Imagínate un alba con olor a lavanda y Dios diciéndote 365 veces al año que hay más tiempo que vida, y que por eso mismo debes aprovecharlo. Imagínate que cada pensamiento, cada sentimiento, cada decisión son pequeñas milpas que pueden o no dar fruto.

¿Con qué esta abonando tu corazón? Recordé este pasaje:

Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.

Salmo 23:5

Todos y cada uno de tus amaneceres podrías repetir este versículo, pero entendiendo su significado. Déjame explicarte que los pastores ungen la cabeza de sus ovejas para evitar que estas sean atormentadas por las moscas que depositan sus huevos en sus fosas nasales, que una vez convertidos en gusanos las llevan a darse de golpes por la desesperación hasta la muerte.

Además de crear una especie de deslizante para que sus cabezas no queden atrapadas en las zarzas y no mueran tratando de desenredarse. Es una especie de barrera de protección contra el mal que trata de destruirla y de esa forma la oveja logra tener paz.

Perenne también tiene este significado.

Arbusto que tiene hojas vivas a lo largo de todo el año

Yo no puedo pensar en otra cosa más que ese arbusto es mi corazón, y si algo le pedí yo a Dios cuando llegué a la Iglesia fue, que quería un corazón feliz, que fuera reflejo de su amor. Quiero hojas vivas todo el año, todos los años, sin importar si es verano, otoño, invierno o primavera. Entiendo que quiero siempre oler a lavanda y cada mañana despertarme ungida por Él y sentirme en calma a pesar de.

Esto que hago es una analogía entre el efecto calmante de los aceites esenciales que componen la lavanda, el proceder de un pastor al ungir a sus ovejas y el significado que tiene esta al ser una planta perenne.

Quiero invitarte a ti, querido leyente a que pienses, ¿cómo entras en oración con Dios?, ¿qué olor estás emitiendo? Porque no se trata de limpiar la casa cada vez que vengan visitas para dar una buena impresión, sino de mantenerla limpia 365 días al año porque es tu espacio íntimo, porque es tu corazón.

Quizá hoy te rodeen mosquitos que te den dolores de cabeza y te das duro contra una pared porque te invadió la angustia y la desesperación, pero ¿Por qué no le pides al Pastor por excelencia que unja tu cabeza con su aceite hoy?

Te aseguro que tendrás la paz que tanto necesita tu corazón.

Por Carito