METAMORFOSIS DEL CORAZÓN
- Carolina Acuña
- 6 nov 2019
- 4 Min. de lectura
Proverbios 4:23 dice:
Sobre toda cosa guardada, guarda tú corazón; porque de él mana la vida.
Este, es un proverbio muy conocido, me atrevería a decir que de los más conocidos. Pero encierra un gran misterio, que la gran mayoría no logran comprender. En este artículo quiero exponer cuándo y cómo es un proceso de Metamorfosis del Corazón y qué es lo que Dios busca con esta tranformación.
Quiero iniciar definiendo corazón a nivel natural.
¿Qué es el corazón? Si hablamos de manera científica el corazón es una bolsa compuesta por músculos con vasos sanguíneos que entran y salen de el, cuya función es bombear la sangre a todos los rincones de nuestro cuerpo. La sangre recoge oxígeno a su paso por los pulmones y circula hasta el corazón para ser impulsada a todas las partes del cuerpo.
Ahora bien, el corazón para mí, es como la torre de control de nuestra vida. En el, se encierra nuestro pensar, nuestro sentir y nuestro actuar. En otras palabras, es donde están nuestras actitudes, emociones e inteligencia. Es el taller de carpintería de Jesús, en donde se realiza el enderezado y pintura del “tú espiritual”. Sino estamos estables la señales que recibirán el resto de órganos de nuestro cuerpo, nos pueden hacer colapsar.
Durante mis 28 años de vida, hay algunas situaciones que han marcado mi corazón de forma muy negativa. El abandono de niña, el divorcio de mis padres, el constante bullying sufrido en la primaria, la situación de adicción de mi hermano, el cáncer gástrico que padeció mi padre, su muerte, una infidelidad, la ausencia de un trabajo durante más de 10 meses, todo esto y más me hicieron pensar, ¿para qué levantarme? ¿para qué continuar?
Mi torre de control estaba totalmente fuera del alcance de la Palabra de Dios. Mi pensar, sentir y actuar estaban en función a mi inestabilidad emocional. Las malas actitudes no me permitían pensar y yo era dominada por mi charlatanería espiritual.
Pero, llegó un momento crítico y decisivo para mí. Un día a punto de volverme loca, tomé una decisión. La de entrar en trance y escuchar mi corazón. Necesitaba escuchar mis emociones, y analizar mi interior. LA METAMORFOSIS INICIÓ.
Cuando una oruga entra en el proceso de transformación ¿qué es lo que hace? Se detiene y se queda quieta, inmóvil por un tiempo, provocando ese cambio interior. Debemos aprender que Dios nos habla, a través de su Palabra. Me habla de la importancia de quedarnos quietos para obtener cambios profundos. Cambios que en movimiento jamás podría lograr. La vida cotidiana y acelerada, me quitaban tiempo para poder sentarme en calma y pensar. Siempre estaba atenta y queriendo controlar el exterior, sin notar que el control de este, está en mí interior. Oigo todo, pero no escucho nada. Mí cabeza, cada día tienes más responsabilidades, más obligaciones, pero ¿qué pasaba con mí corazón?
La metamorfosis tiene cuatro estadíos, huevo, larva, pupa y adulto. Cuando una larva inicia su proceso, come como sino hubiera un mañana. Come y crece de manera acelerada. Durante el proceso cambia la piel y su único enfoque es crecer. Al final de la etapa de larva, esta hace un cascarón donde vivirá la etapa de pupa. ¿Saben algo? Esta es la etapa de transformación más increíble de la naturaleza, parece que no hay vida dentro de esa pupa sin embargo, el cuerpo de la larva está por cambiar totalmente.
Esta etapa de crecimiento y consumo de alimento acelerada yo la comparo con la de la adolescencia, cuando queremos comernos el mundo y comenzamos a imitar cualquier cosa que nos ofrezcan pero, nada que se parezca a lo que nos enseñó Papá.
Nos saturamos con conceptos basura que nos convierten en larvas consumistas de esteriotipos. Larvas que se vuelven locas por tener un primer novio y luego tipo, tras tipo. Larvas que dan una pruebita de amor y tras nueve meses de espera, llega la bendición.
Larvas que imitan, que siguen, que idolatran, que siembran el mal y cosechan decepción, engaño, desolación, angustia, temor y tras todas estas malas experiencias, el corazón afligido y desolado, pide consuelo con gritos de desesperación.
Y entonces Dios intenta llamar mi atención. Y me permitió entrar en una etapa de transición.
Me pidió que callara para que pudiera escuchar con claridad. Me decía que todo estaría bien en cuanto bajara la velocidad. Me envolvió en una pupa. Una que me dió color, brillo y forma. Mientras tanto Dios me dio calma, porque venía medio desviada a causa del mundo y sus pecados. Me dio propósito, tamaño y forma. Y todo esto en un ambiente de reposo.
Esa pupa no es más que su mano protectora, su abrazo lleno de amor y de ternura, porque si hay algo claro para mí es que los vacíos del mundo los llena Dios pero, los vacíos de Dios solo los llena su amor.
Pero ese no es el fin, porque cuando estuve ahí en ese proceso de transformación, crecí, en amor propio, orgullo y dignidad y mí esencia se volvió única y especial. Y llegó el momento en el que Dios rompió mí frasco y dolió porque ya mí envase no daba para más. Necesitaba ser colocado en un lugar especial. Y mientras tanto lloré, sufrí pero, entendí porqué Dios permitió que me comiera el mundo de manera acelerada, llegando siempre a tiempo, antes de que este me consumiera de picada.
Cuando las mariposas ya no caben en la pupa, ellas rompen la pupa, para salir. Son momentos drásticos para ella, porque solita debe esforzarse para lograrlo. ¿Sabías que si le ayudas ella muere? Así mismo es Dios con nosotros. Creemos que no está con nosotros y lo sentimos lejano y le reprochamos. Pero, ¿sabes algo?, Él siempre estuvo, siempre ha estado y siempre estará. No podía ayudarme a salir antes de tiempo porque debía aprender a agitar mis alas sola para poder volar.
Y aunque la metamorfosis de mí corazón fue dolorosa, fue necesaria, para que pasara de larva a mariposa. Porque no hay cambios en la vida sin soltar, sin dejar atrás. Dios necesitaba reemplazar mí corazón, para que una vez transformada, fuera REFLEJO DE SU AMOR y estuvieras hoy tú leyendo este post.
Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne.
”Ez.11:19.
Por Carito

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