ESTATUAS DE SAL
- Carolina Acuña
- 17 nov 2019
- 4 Min. de lectura
Este tema es un poco complicado pero, necesario para el crecimiento interior. Necesario para que Dios te confíe aún más de lo que esperas. Hoy quiero hablarte de un personaje en el libro del Génesis llamado Lot y de su su familia, y quiero que mediante esta historia y la comparación que voy a realizar con respecto tú posible realidad, medites y tomes acción y no te conviertas en un una estatua de sal.
Te contextualizo un poco. Lot y su familia vivían junto con Abrahán en la tierra de Canaán. Un día Abrahán le dijo a Lot:
“Aquí no hay bastante tierra para todos nuestros animales, creo conveniente que tomemos caminos distintos. Por favor ve tú por un lado y yo iré por el mío.”
Lot y su familia partieron al distrito del Jordán, y ahí construyó casa, en la ciudad de Sodoma. Lot se percató que la gente de Sodoma era muy mala y esto le molestaba tanto a él como a Dios. Un día, Dios envió a dos ángeles a avisarle a Lot que iba a destruir a Sodoma y la ciudad cercana de Gomorra porque vivían en un desorden inmoral total. Estás fueron sus palabras.
¡Aprisa! ¡Toma a tu esposa y tus dos hijas y sal de aquí!’
Lot y su familia se tardaban, y por eso los ángeles los tomaron de la mano y los sacaron de la ciudad. Entonces uno de los ángeles dijo:
“¡Corran por su vida! No miren atrás. Corran a los montes, para que no mueran.”
En esta parte de la historia me llama mucho la atención que Lot y sus hijas miran directo al frente mientras huyen de Sodoma pero, la esposa de Lot desobedeció. Cuando se habían alejado, paró y miró atrás. Entonces la mujer de Lot se convirtió en una estatua de sal.
De esto podemos aprender una buena lección. En primer lugar, recalcar lo necios y obstinados que somos por naturaleza. Dios nos dice que hagamos algo o que vayamos o salgamos de algún lado y queremos hacer lo que a nosotros nos plazca. Como si Dios fuera tonto y no tuviera el control de todo. ¿Porqué será que nos gusta jugarle de vivos a Dios?
Esta semana desde que surgió este tema para hoy, es rajado como Dios me va enseñando a través de mi día a día, el porque escribir sobre esto. Puntualmente quiero compartirte que sé lo que significa que Dios me saque de Sodoma, para llevarme a Sóar (cuidad pequeña). El proceso no ha sido fácil, pero he logrado no voltear hacia atrás.
Hace un par de años, yo estaba envuelta en una situación que no era agradable en lo absoluto. Mi papá había muerto, me había peleado con mi mamá, tuve que irme a vivir con mi exnovio, y al final de todo casi me vuelvo loca. Soy una persona que le gustaba tener el control de todo, cometía el error de pensar que, si no controlaba yo, no sería igual. Entonces mi mundo se había convertido en un caos, porque nada de lo que pasaba en el exterior lo podía controlar y mucho menos controlaba mi interior.
Cuando tomé decisiones drásticas fue cuando ya me había estrellado contra la pared y Dios me decía que era tiempo de llevar esas heridas a un nuevo nivel. Porque ya Él me había dicho que saliera de donde estaba. Yo solo obedecí. Era una situación incierta pero, al verme al espejo, el reflejo de un amor propio no existía, mi mirada era triste, opaca, mi cabello no brillaba, mi sonrisa no existía. En ese momento estaba como muerta en vida.
Y Dios me dijo: sal de ahí, que ahí te estas destruyendo. Y salí y me fui para mi propio Sóar. Era una nueva etapa, porque si bien era cierto tenía trabajo, mi destino era incierto. Tenía miedo que las cosas no funcionaran porque estaba conociendo a Dios, y arrogantemente, apenas cediéndole el control. Estaba convencida que ya las cosas a mi modo no funcionaban y aunque atrás había dejado alguien a quien amaba, era tiempo de pensar en mí y en esa nueva oportunidad que Dios me daba. Me sentía privilegiada, que, a pesar de tanto error, Dios me regalara el privilegio de incomodarme con mí situación y tomar acción.
¿Qué es lo que quiero decirte con esto? Que si Dios ya te sacó de una situación, y te dice claramente que ahí no es tu lugar correcto, que eso no es lo que tiene para tí, ¿porqué te empeñas en quedarte ahí? o peor aún, avanzas a Sóar y quieres volver a ver hacia atrás? Es como tener una rosa y que te sangren las manos solo porque es hermosa. No tiene sentido.
Cuando terminamos una relación, o salimos de una adicción, o simplemente tú tiempo en el trabajo terminó, es porque Dios quiere llevarte a otro lugar, porque sencillamente te necesita ahí. Si pasamos pensando en las cosas del pasado, en lo que pudo ser y no fue, continúas en un pasado que ya no forma parte de tí.
Y, ¿sabes que pasó con Sodoma y Gomorra? Bíblicamente Dios hizo llover ceniza y quemó todo lo que ahí existía, porque no estaban edificando su Nombre. Contextualizando, lo veo de la siguiente manera. Dios te incomoda pero, no te obliga. Él no te presiona, solo te da otra perspectiva. Esta en ti, tomar la decisión correcta de salir de ahí, llámese relación tóxica o adicción u otra y no entrar en desesperación cuando Dios llame tu atención.
Pensando en Lot, tuvo la sabiduría de dejarse guiar por Dios. Tuvo su perspectiva y en obediencia vio su Gloria. No voltees tu mirada, no des un paso atrás, no te conviertas en una estatua de sal.
Comunícate con Dios, Él habla siempre claro, lo que pasa es que nos hacemos los sordos, porque no creemos que pueda haber algo mejor. Nada de lo que te quite Dios va a ser para lastimarte, al contrario, será para formarte, empoderarte y enviarte y para eso necesita sacarte de tu Sodoma emocional y enviarte a Sóar Espiritual
Quizá tu Sóar sea, la cárcel o una enfermedad. Quizá sea un lugar pequeño por ahora, algo así como una pequeña naciente pero, ten presente que en algún momento llegará al mar.
POR: CARITO

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