Cuando Dios Toca Tú Corazón
- Carolina Acuña
- 20 nov 2019
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 20 nov 2019
¿Has pensado en algún momento, qué te hace permanecer en un mismo lugar? ¿Qué es lo que hay ahí que te hace aguantar a pesar de todo? ¿Porqué aguantas todo eso que no te hace crecer, ni te da felicidad?, ¿Es ese tú ideal?
Cuando te haces el loco e ignoras a Dios, Él viene con una zaranda a llamar tú atención. Él quiere que lo participes, que le cuentes todo pero, te empeñas en jugar de vivo y hacer como que nadie te habló. ¿Acaso no entiendes que Él si va a tocar tú corazón?
En un momento en mi vida, sentía que nada de lo que tenía y era, valía. Todo era demasiado para mí. Abandonada de niña, me costaba entender cómo una madre podía dejar a su bebé al borde de la muerte sin saber que un día Dios me diría, que fui elegida desde el primer día.
Y así pasaron los días, meses y años. Durante estos 28 años, he pasado por tanto que este post no me permitiría contártelo pero, si puedo decirte que por más cosas feas que vivía, me resistía a ser cambiada por Él. No quería soltar aquello, que según yo, me daba vida, sin realmente ser consciente que al contrario de lo que creía, me dejaba vacía.
Y un día, rendida, a punto de quitarme la vida, aparece aquel que ilumina. Y me dio otra alternativa. Mi hermano tenía varios años de estar orando por mí. Me invitaba fielmente cada domingo a la Iglesia, sin embargo, yo no quería, hasta que un buen día tomé la decisión de cambiar de dirección. Me dejé guiar y Él tocó mi corazón.
Y fue así como desde el instante que cruce las puertas, Dios me desarmó. Fue una extraña sensación difícil de explicar, pero fácil de comprender. Yo solo sentía un mar de lágrimas que brotaban de mis ojos y un fuego que me consumía el cuerpo poco a poco. Ese día, me inscribí en un Encuentro. No tenía ni idea de lo que era eso, pero Dios me llevó ahí en el momento correcto.
Después de ese momento perfecto, todo cambió para mí. Llegué tan cargada, y apagada que quedé encandilada, por tanto rostro feliz. Desde ese día decidí que quería eso mismo para mí. Me dí cuenta de lo tonta que me había visto al ser necia y obstinada. Del tiempo que había perdido y las lecciones que aún no había aprendido y por eso seguía de picada. Me dí cuenta que había alguien que me amaba y que a pesar de tanto error, deseaba que levantara mi mirada.
Cuando Dios toca tú corazón, el sol vuelve a nacer. Hay algo dentro de tí que cambia y nada vuelve a ser como acostumbrabas. Cambia tú pensar, tú sentir y tú actuar. Cambia tú corazón, cambias tú. Te das cuenta de todo lo que ganas si caminas con Papá de tu lado y comienzas a edificar tú vestimenta, círculo social y vocabulario.
Y entonces, de pronto, no te cambias por nadie. Encuentras propósito y destino en tú día a día y poco a poco dejas de lado aquello que te hacía patinar el coco. Cuando Dios toca tu corazón, hace que te incomodes por mejorar, que quieras estudiar e incluso trabajar. Hace que crezca en ti, un espíritu de responsabilidad, porque ahora si comienzas a dejar atrás, todo aquello que no te dejaba avanzar.
Cuando Dios toca tú corazón, te vuelves un ser especial y te comienzas a valorar. Comienzas a cultivar tú ser con su presencia y si un día te sentías como fósforo, al siguiente te levantas con luz suficiente para iluminar el fondo del mar. Cuando Dios toca tú corazón, todo cambia y logras entender el porqué de tantas cosas. Él te comienza a formar.
Recuerdo que ese primer día que llegue a sus pies, desde que entre por la puerta principal, algo sobrenatural comenzó a pasar dentro de mí. No sé explicar muy bien cómo se quebrantó mi corazón y no hubo otra opción más que decirle que SI a mi Dios. Jamás había sentido su presencia y en ese momento todo lo que había en ese lugar hablaba de Él. Los servidores, la música, el Pastor y desde que comenzaron a cantar y a brincar, yo comencé a llorar. Ese fue el momento en el que ví, lo vacía e infeliz que estaba mi alma y le dije a Dios, que quería eso para mí.
Entonces el milagro en mi paso. Dios me regaló un nuevo corazón y sin darme cuenta, mi boca ya no hablaba maldición, mis ojos comenzaron a tener otro color y hasta el día de hoy, rendida a sus pies estoy. Permite que Él toque tú corazón. No será una vida color de rosa pero, tendrás al mejor Pastor respaldando tú decisión.
No hay otro Nombre igual. Existe alguien que jamás te va a fallar, alguien que será tu calma en medio de tempestad, alguien que te enseñará a esperar, alguien que te llenará de paz. Porque cuando Dios toca tú corazón entiendes el porqué jamás nada vuelve a ser igual.
Así que, si te sientes inmerecedor de un amor como este, ten presente que Si eres excelente pecador, Él te convertirá en un Gran Hijo de Dios. Porque cuando Dios toca tú corazón, llegas a los brazos del primer Amor.
Por Carito

Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva la firmeza de mi espíritu.
Comments