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BONANZA

  • Foto del escritor: Carolina Acuña
    Carolina Acuña
  • 25 nov 2019
  • 4 Min. de lectura

En un inicio me pareció extraño este titular que me regló el Señor. Bonanza, para mí hacia referencia a una serie de televisión de hace un par de décadas atrás. Sin embargo, investigando sus definiciones, mi curiosidad quedó satisfecha y confundida, ya que hace referencia a múltiples significados y son los siguientes:


1. Tiempo tranquilo o sereno en el mar, navegar con viento suave

2. Prosperidad

3. Caminar con felicidad con lo que se desea y pretende


Házte esta pregunta, ¿cada cuánto piensa Dios en ti?

Muchos de nosotros pensamos que Dios se acuerda de nosotros solo si nos va bien en la vida y automáticamente no nos damos cuenta, pero somos agradecidos solo si somos bendecidos. Dios no solo habla en momentos felices y quiero que pienses un momento en Job, cuando Dios más le habló, fue cuando estuvo peor.


En tiempos de crisis, escasez o enfermedad, nos encerramos en nuestra propia voluntad e invalidamos El Poder Superior y entonces inicia un tiempo de desdicha, desventura y tempestad. Pero después, uy, después de la prueba, viene la recompensa, después de ese desierto, llegas a tú oasis y el arcoíris después de la tempestad, sigue siendo la señal de esa tierra prometida de la que habló Tú Papá.


Quiero que analices estas palabras, desventura, desdicha y tempestad. Espero de todo corazón que no sean parte de tu lenguaje ni estado mental habitual. Espero que seas consciente de lo secas y vacías que son y de lo que pueden generar si hacemos nuestra voluntad.


Quizá vas navegando y te sientes a la deriva, porque lo único que percibes son aguas turbulentas y estás es medio de la tormenta, pero recuerda que esa vela en medio de tú barca lleva la palabra Bonanza. Quizá no sabes que hacer, porque a pesar de que hay tanta agua, te sientes como en medio del desierto y tus minutos son inciertos.


Por un momento quiero que imagines que ese mar es tú vida, y hay un horizonte, que es lo que alcanzas ver en tu día a día. Cada uno de los días que permanezcas aquí, van a tener, sus propios vientos, que quizá te hagan querer desviar y no te permitan navegar en calma. ¿Hace cuanto no tienes un minuto de bonanza en tú vida? ¿Hace cuanto no sientes paz?


No te rindas ante malas noticias, ni ante la derrota o dolor, no pierdas las esperanzas por favor. Para el problema existe un gran Dios, piensa siempre que hay gente viviendo un proceso peor. Dios me recalcaba que el enfoque es el problema. Es como si estuvieras viendo el punto negro en la inmensidad de la hoja en blanco.


Debes entender que aún medio de tú situación, aunque no lo creas ahí está Dios. Con su infinita Omnipresencia deseando que notes su bandera, esa que hace referencia a la paz interior. Pero estas tan distraído y enfocado en tú situación que por más que Él permanezca, es un extraño para ti. Entonces te frustras, te enfadas, te envenenas el alma y comienzas a maldecir a Dios porque no te saca de esa situación. Pero, aunque tú le des la espalda su Omnisciencia y Omnipotencia, tiene todo bajo control.


Cuando un proceso duro en nuestra vida se presenta, no es para dañarnos, sino para formarnos. Todo por lo que pasamos jamás será para avergonzarse Dios. Por el contrario, Su Poder, se manifiesta en la debilidad, de la tempestad, ¿acaso no fue Él quien le dijo al mar que se calmara?


¿Qué es eso que no le has entregado a Dios? Deudas, depresión, divorcio, violación. ¿Qué es lo que no te permite sentir Bonanza en tú corazón?

Hace un tiempo, yo no tenía paz interior, todo me enojaba, me frustraba, estar amargada era lo que yo siempre proyectaba. Pero desde que comencé a navegar con Dios, Él tomó el control y realmente fue la mejor decisión. Pobrecito Dios tuvo demasiado trabajo conmigo, pero entendí que, aunque no salió el sol de la noche a la mañana, Él trabajaba en mi interior y aún sin llegar a mi oasis ni tener un arcoíris, no era necesario para mi esa señal de trato, porque Bonanza fue lo que comencé a reflejar.


Él prospero mi corazón y el de mi familia, y aunque este 15 de diciembre cumplo un año de no tener trabajo, la Bonanza es parte de mi vida. Sé y sobretodo confío que Dios tiene el control de mis días y con turbulencia o un sol a pleno luz del día, la paz que Él me da no la cambiaría.


Yo deseo que tengas, serenidad, tranquilidad, dicha, felicidad, bienestar, comodidad, fortuna y calma. Que sepas que aún en días de sol, la Bonanza debe ser parte de constante decisión. Cuidado con el sol, porque mucha exposición sin protección, te puede llevar a una confusión y ver problemas cuando ya Dios te demostró que Él tiene el control.


También necesitamos a Dios cuando todo va bien


Dios dio una orden, y vino un fuerte viento que levantaba grandes olas. Cuando se vieron en peligro, los marineros perdieron el valor; eran lanzados de arriba abajo, y de nada les servía ser marineros expertos, pues se tropezaban y caían como si estuvieran borrachos. Llenos de angustia, oraron a Dios, y él los sacó de su aflicción;  calmó la furia de la tormenta, y aplacó las olas del mar.  Cuando se calmó la tormenta, ellos se pusieron muy contentos y Dios los llevó a su destino.


Salmo 107: 25-30





Por Carito




 
 
 

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